De los hacklabs a las cooperativas de tecnología
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Los colectivos tecnopolíticos mezclan lo social y lo político. Un ejemplo es Riseup, que «proporciona herramientas de comunicación online para gente y grupos que trabajan en un cambio social libertario. Somos un proyecto para crear alternativas democráticas y ejercer la autogestión mediante el control
de nuestro propios medios de comunicación.». En estos momentos, el entorno tecnopolítico está formados por múltiples tipos de organizaciones, desde redes informales de hacktivistas, comunidades de software libre, fundaciones, start-ups invirtiendo en la llamada tecnología cívica e incluso instituciones públicas y ayuntamientos.
Hace unos años, la soberanía tecnológica se entendía como el desarrollo de tecnologías libres [0] por y para la sociedad civil. Fortaleciendo y haciendo autosuficiente a una sociedad a través del desarrollo de software, hardware, servicios e infraestructura que cubría las necesidades sociales basándose en la
ética del software libre y la autogestión. Ahora, en pleno auge del código abierto (open source), la situación es confusa, grandes empresas lo están promocionando para beneficio propio y han
roto el contrato social entre desarrollo tecnológico y responsabilidad social.
En este texto, la intención es repensar el papel que tienen o podrían tener las cooperativas, como actores socioeconómicos, en la recuperación de este contrato social. Para ello, partiré de la amplia esfera de colectivos tecnopolíticos 1 para después centrarme en la evolución de las cooperativas de tecnología en el Estado español.
Una galaxia de iniciativas
Tenemos fundaciones comprometidas con el desarrollo de soluciones y servicios de código abierto y software libre (FSF, 83Mozilla, Blender, etc) y con la protección de la defensa de los derechos digitales (Electronic Frontier Foundation, La Quadrature, X-net) que financian proyectos a medio y largo plazo. La gente puede apoyar las fundaciones como donantes, voluntarias, haciendo prácticas. Normalmente, se busca a gente con experiencia y profesionales calificados. Cuentan con estructuras legales, mientras que muchos de los colectivos tecnopolíticos son grupos o comunidades con estructuras informales.
Las cooperativas de tecnología se encuentran en la intersección de lo mencionado anteriormente.
Dado que, por un lado tienen un objetivo económico que permita la sostenibilidad de sus proyectos y por otro, el objetivo político y social de la tecnología. En general, la mayoría de los clientes de las cooperativas suelen venir del tercer sector (ONG, asociaciones, colectivos), quienes piden asesoría y
desarrollo personalizado de sus productos. Algunos ejemplos de estos desarrollos son: Candela (una aplicación de gestión de activistas para Amnistía Internacional), GONG (un gestor de proyectos de las ONG), Oigame (una plataforma de peticiones en línea), Nolotiro (una plataforma para el intercambio de cosas), Mecambio (un repositorio de alternativas para un consumo responsable) 3 .
Creando una cooperativa
Ahora contaré la historia concreta de cómo fundamos Dabne, una de las cooperativas de software libre, entre otras que simultáneamente se estaban constituyendo 4 .
En los años 90, cuando Internet empezó a ser accesible, había algunos proyectos 5 que empezaban a pensar en qué nuevas posibilidades abría Internet de cara a repensar las identidades, la autoorganización en línea traspasando fronteras, la creación de un cerebro colectivo. Los hacklabs, en las okupas o en otros espacios, eran sitios donde experimentar, aprender sobre cosas o adquirir un conocimiento al que no era fácil acceder, casi nadie tenía Internet y muchos ni siquiera ordenador.
Hasta entonces, las hackers eran casi invisibles y los hacklabs se convirtieron en el punto de encuentro entre esas hackers aisladas y los movimientos sociales. De allí salió una mezcla apasionante que dio lugar a una comunidad de software libre fuerte y motivada que tuvo un gran impacto, al ser responsable de la introducción de la tecnología libre en la sociedad.
Por otra parte, el Estado español tiene una larga tradición de cooperativas en el sector agrícola e industrial, así que de alguna manera el cooperativismo está en el imaginario social.
De ahí que muchas de aquellas personas que habíamos empezado en los hacklabs pensáramos en la cooperativa como una opción viable para vivir. Las cooperativas comparten una serie de valores con la ética del software libre, y en nuestro caso teníamos una serie de acuerdos informales, de imaginario
común, que se puede condensar en:
• Queríamos ganarnos la vida pero no a cualquier coste.
• Queríamos ser parte del proceso de toma de decisiones.
• Queríamos transparencia.
• Queríamos definir nuestros propios objetivos y cambiarlos cuando fuera necesario.
• Queríamos que se tratara a todo el mundo de una manera justa.
• Queríamos seguir experimentando, aprendiendo, divirtiéndonos y promoviendo el software libre.
• Queríamos colaborar y cooperar con otros sin ser esclavas de nuestro trabajo.
Con todo esto en mente, empezamos a averiguar cómo funcionaba el mundo de las empresas, y nos preguntábamos si realmente podríamos convertirnos en mujeres de negocios.
Hasta entonces, lo habíamos hecho gratis y por diversión. Cómo lidiar con ideas como la de entrar en «el mercado», que era ese capitalismo del cual huíamos. Vértigo. No teníamos referencias de otras empresas de tecnología similares y tampoco teníamos dinero. Pero sí teníamos claro que no queríamos trabajar en grandes compañías, que te convierten en una pieza más de su sistema. La comunidad de software libre que habíamos ido construyendo estaba ahí, no estábamos solas, teníamos nuestros portátiles y nuestros conocimientos, creíamos que las tecnologías libres fortalecerían la sociedad, la haría soberana y que la era digital debería permitir el acceso al conocimiento y promover la democratización de las sociedades.
Estábamos escogiendo una forma de vida, no sólo generando un puesto de trabajo.
Dabne se fundó en el año 2005, aunque nos llevó un año el entender qué significaba crear una empresa, cómo gestionar un negocio, decidir la forma legal que reflejara nuestra idea de colaboración, transparencia y responsabilidad social. Fuimos a talleres, charlas, formaciones, escribimos planes de negocio, fuimos a la Cámara de Comercio. Parecía no tener fin pero, poco a poco, todo empezó a tomar forma.
Nos convertimos en cooperativa porque el propio entorno del cooperativismo nos era más accesible y fácil, manejábamos vocabulario y valores similares, conceptos como «fama», «éxito», «competitividad» no eran parte del imaginario. Se manejaba un concepto social a la hora de establecer una empresa y
se entendía nuestra idea de fortalecer otras cooperativas y organizaciones sociales desde el aspecto técnico.
Un año antes, nuestros amigos de Xsto.info habían fundado su cooperativa, también eran un pequeño equipo de sysadmins, de desarrolladores, expertos en wifi y parte de la comunidad de software libre. Su experiencia nos sirvió en nuestros comienzos al poder compartir dudas, dificultades y ver cómo
otros se manejaban en situaciones similares.
Finalmente, logramos montar la empresa, y una cosa positiva del software es que básicamente para empezar sólo necesitas conocimiento, un ordenador e Internet, así que los costes iniciales fueron mínimos (250€), pero el primer reto fue conseguir clientes. A través de amistades, contactos, arrancamos, éramos parte de una red social de gentes y el boca a boca nos difundió. Así, poco a poco, nos fuimos haciendo con clientes y echamos a andar.
Nuestro perfil era principalmente técnico, así que buscamos alianzas, como Noez.org, orientada al diseño basado en la gente. Con ella pudimos intercambiar diferentes perspectivas de la tecnología, hacer nuestro trabajo más comprensible.
Dabne se convirtió en una cooperativa de mujeres, no era la intención inicial, pero así fue, y hasta ahora no conocemos otra cooperativa de desarrollo de software en la que participen sólo mujeres. Este hecho, junto con la capacidad de escucha activa e intención de hacer entendible nuestro trabajo, llevó a
que nos centráramos a menudo en la asesoría a grupos/empresas no-técnicos, siendo capaces de ajustar ritmos, explicarnos y también si no teníamos los conocimientos de saber decir no o buscar soluciones alternativas.
Construyendo comunidades y redes
Las cooperativas son a menudo frágiles. Pero el trabajo colaborativo, la creación de comunidades y el formar parte de redes existentes las fortalece y permite sus sostenibilidad.
A través de la Unión de Cooperativas (UMCTA) entramos en contacto con cooperativas medioambientales, agroecológicas, de trabajo social, consultoras, quienes compartían sus saberes y experiencias. Ser cooperativa también implicó entrar en la red de economía social y solidaria 6 .
En aquel entonces, se estaba fundando Coop57-Madrid, una cooperativa de servicios financieros éticos y solidarios, con el objetivo de financiar proyectos de economía social y solidaria gracias a las inversiones de la sociedad civil.
REAS, la red de economía social y solidaria y el mercado social, son redes para la producción y distribución de bienes y servicios basados en los principios de la economía social y solidaria. Entre ellos se encuentran la transformación social, la sostenibilidad medioambiental, el procomún, la igualdad de
género, transparencia, participación, autoorganización y democracia interna.
En realidad, la mayoría de las redes de economía social y solidaria comparten la falta de interés en temas tecnopolíticos, lo cual dificulta el incluir en su agenda los asuntos que preocupan a las cooperativas de software libre. Por esta razón, desde 88las cooperativas tecnológicas se decidió promover el software libre con una serie de iniciativas, entre las cuales destacamos
la que tuvo lugar en 2007, «Desayunos de Software libre», una invitación a varias ONG a charlas matutinas con temática de software libre, que dieron lugar a unas jornadas sobre software
libre y ONG. En otra escala, en 2008, se crea ASOLIF (Asociación de empresas de software libre federada) y otras plataformas 7 con el objetivo de promocionar el software libre y crear
nuevos modelos de negocio para generar riqueza de forma responsable.
Por otro lado, existen comunidades entorno a tecnologías concretas (lenguajes de programación, gestores de contenido, sistema operativos, hardware) donde se comparten conocimientos, buenas prácticas, mejoras y newbies. Una pequeña cooperativa utiliza distintas tecnologías, lo cual supondría
pertenecer a distintas comunidades e ir a sus respectivos eventos, sin embargo, participar en dichos eventos implica tiempo y dinero, ambos difíciles de manejar en cooperativas con recursos limitados.
El tiempo está demostrando que se siguen fundando nuevas cooperativas y colectivos 8 alrededor de las tecnologías, así que la rueda sigue girando.
El análisis DAFO para cooperativas
Desarrollaremos un análisis DAFO o SWOT (Strength Weakness Opportunities Threats, en inglés) de las cooperativas tecnológicas:
Fortalezas, se refiere a las características internas de la cooperativa que proporcionan ventajas:
• Un equipo pequeño puede cambiar y adaptarse rápidamente.
• Entorno de trabajo flexible.
• Posibilidad de toma de decisiones y definición de los objetivos de la empresa.
• Capital inicial mínimo.
• Ritmo de trabajo propio.
• Buena imagen de empresa.
• Creatividad.
• Curiosidad.
• Diversión.
Debilidades se refiere a las características internas de la cooperativa que proporcionan desventajas:
• Saturación de trabajo.
• Implicación permanente (las 24 horas, los 7 días de la semana).
• Ninguna experiencia en gestión de empresas.
• Perfiles no especializados.
• Dificultad para crecer.
• Comunicación.
• Falta de colchón financiero.
• Falta de asesoramiento legal.
Oportunidades se refiere a factores externos de la cooperativas que podrían convertirse en ventajas:
• Capacidad de desarrollar ideas y proyecto propios.
• Capacidad de elegir socios y proyectos.
• Posibilidad de formar parte de distintas redes y comunidades.
90• Posibilidad de dar respuesta a necesidades concretas y poco comunes.
Amenazas son factores externos a la cooperativa que puedes causar problemas:
•Agotamiento y burn out.
Desconcierto ante el futuro.
Incapacidad de estar al día en temas técnicos.
Reducción de precios.
Y algunas cuestiones siguen abiertas
Las cooperativas pueden crear zonas autónomas mientras se enfrentan a determinados retos:
Economía: ¿Cómo dar forma a una economía del procomún, social y de apoyo mutuo?
Autoorganización: ¿Cómo ser sostenible a largo plazo, mientras se cuestionan verdades incuestionables como el consenso, horizontalidad, participación, liderazgo? Libertad tecnológica: ¿Cómo luchar por el software libre, los derechos digitales, conocimientos abierto y copyleft?
Pasan los años y parece que las cooperativas tecnológicas son sostenible gracias a fuertes lazos personales, claves a la hora de generar confianza y asumir nuevos retos pero puede ser una limitación cuando se trata de crecer. Además, la situación de precariedad y inseguridad económica hace difícil incorporar a gente nueva. Con todo, siempre hay un momento en el que un proyecto crece y con él, debe crecer el equipo, cómo o …. ¿quizás no?
Entonces, ¿quién debería ser parte de la cooperativa? ¿Debería tener conocimientos técnicos concretos?¿Debería tener un perfil versátil?¿Los conocimientos técnicos son siempre necesarios? ¿Es factible y ético tener aprendices? Y sobre el proceso de toma de decisiones, el cooperativismo implica compartirlo, aunque la experiencia nos enseña que no todas desean participar en él, ¿deberían ser excluidas de la cooperativa? ¿Es la capacidad de toma de decisiones clave para ser parte de una cooperativa? ¿Deben tomarse todas las decisiones en común? Todos estos retos ofrecen una visión de los tiempos por venir, y la creación de zonas autónomas abren nuevas posibilidades a la hora de pensar el trabajo, el procomún, la sostenibilidad y la economía.
Notas:
[0]
Definición de software libre:
0 – La libertad de usar el programa, con cualquier propósito (uso).
1- La libertad de estudiar cómo funciona el programa y modificarlo, adaptándolo a las propias necesidades (estudio).
2- La libertad de distribuir copias del programa, con lo cual se puede ayudar a otras usuarias (distribución).
3- La libertad de mejorar el programa y hacer públicas esas mejoras a las demás, de modo que toda la comunidad se beneficie (mejora).
[1]
• http://riseup.net (USA)
• http://autistici.org (ITA)
• http://www.free.de/ (GER)
• http://so36.net (GER)
• https://www.boum.org/ (FR)
• http://nodo50.org (ESP)
• http://pangea.org/ (ESP)
• https://www.immerda.ch/ (CH)
•https://mayfirst.org(USA)
92[2]
https://github.com/AyuntamientoMadrid/consul
https://github.com/AjuntamentdeBarcelona/decidim
[3]
• Candela: https://github.com/amnesty/candela
• Gong: https://gong.org.es/projects/gor
• Oigame: https://github.com/alabs/oigame
• Nolotiro: https://github.com/alabs/nolotiro.org
• Mecambio: http://www.mecambio.net/
[4]
• Dabne: http://dabne.net
• Xsto.info: http://xsto.info/
• aLabs: https://alabs.org/
• Semilla del software libre: http://semillasl.net/
• Enreda: http://enreda.coop/
• Gnoxys: http://gnoxys.net/
• Grupo Ikusnet
[5]
Algunos proyectos:
• http://sindominio.net (ES)
• http://autistici.org (IT)
• http://samizdat.net/ (FR)
• http://espora.org (MX)
•
http://thing.net (USA)
[6]
• http://coop57.coop/
• http://www.economiasolidaria.org
• https://madrid.mercadosocial.net/
• http://tangente.coop/
[7]
• Asolif: http://www.asolif.es/
• Esle: http://esle.eus/
• Olatukoop: http://olatukoop.net
[8]
• Deconstruyendo: http://deconstruyendo.net/
• Interzonas: https://interzonas.info
• Talaios: http://talaios.net
• Shareweb: http://shareweb.es
93•
•
Reciclanet: http://www.reciclanet.org
Buenaventura: http://www.buenaventura.cc/
Itaca: http://www.itacaswl.com
Saregune: http://www.saregune.net
Cooptecniques: http://cooptecniques.net/
Otras cooperativas, grupos o iniciativas trabajando con tecnología libre:
•
94
Latino América Kefir: https://kefir.red/
Vedetas: vedetas.org
Cooperativa tierra común: https://social.mayfirst.org/tierracomun