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Cosmologías del vínculo y formas de vida (noticias de pensamiento desde Senegal) // Carolina García

Cosmologías del vínculo y formas de vida (noticias de pensamiento desde Senegal) // Carolina García

Publicado en Lobo Suelto el 7 demayo de 2022

A finales de marzo de 2022 se celebraron los “Ateliers de la pensée #4” (talleres de pensamiento) bajo el título « Cosmologies du lien et formes de vie » (cosmologías del vínculo y formas de vida) organizados por Felwin Sarr y Achille Mbembé en el auditorio del Museo de Civilizaciones Negras, en el corazón de Dakar, un espacio simbólico desde donde se pretende recuperar el patrimonio cultural africano expoliado por los colonos.

Actualmente el continente africano, y en concreto Senegal, atraviesa un proceso de emancipación interesante, pues pese a continuar bajo un colonialismo presente y opresor, se está desarrollando un pensamiento e identidad propia, al margen de la influencia occidental.

Fui consciente de este proceso de emancipación de la juventud africana, cuando en el año 2011 mientras en Madrid vivíamos la efervescencia del 15M, supe de la existencia del movimiento Y en a Marre que había nacido en Senegal en enero de ese mismo año. Los tiempos y dinámicas propios, hicieron que nunca se pudiese establecer el dialogo “entre movimientos” pero fue suficiente para que se sembrara la semilla de la curiosidad por aquello que estaba pasando en África. La intuición me decía que algo muy potente estaba en marcha.

Fue años más tarde cuando tuve la oportunidad de contactar con el movimiento Y en a Marre y establecer vínculos de amistad, que me permitieron ir conociendo todo ese profundo proceso de emancipación que está teniendo lugar; esos fuegos subterráneos que recorren el continente. Y en a Marre es un movimiento social que se ha ido estructurando, consolidando y desarrollando durante más de 10 años, que ha logrado sembrar la semilla en diferentes países africanos, a partir de la cual se está construyendo el África soberana, independiente y anticolonial del futuro.

Para que un movimiento se desarrolle, es imprescindible que paralelamente a las calles, se esté creando un marco de pensamiento que refuerce el “activismo”, que sirva de vínculo entre la teoría y la práctica. Los talleres de pensamiento son ese espacio híbrido desde el cual se piensa a muy diferentes niveles; buscando las muchas intersecciones que hay entre tradición y modernidad, entre norte y sur, entre este y oeste, entre lo abstracto y lo concreto. Los participantes en los talleres son en su mayoría investigadores pero también artistas, activistas, funcionarios encargados de las políticas públicas, etc. 

Durante cuatro intensos días, con un auditorio abarrotado de unos 200 asistentes, pasillos repletos, gente sentada en el suelo y una pantalla habilitada en una sala lateral, los talleres se encargaron de abrir un espacio de pensamiento africano anticolonial desde el cual se busca la nueva identidad africana y su forma de pensar el mundo. Había mucha energía, escucha activa, deseo de intercambio y era tal el hervidero de ideas que faltó tiempo para continuar los debates. Los asistentes provenían de todo el continente y, en menor medida, de América Latina y Europa. 

La democracia como clínica de los vínculos 

Las líneas transversales que considero atravesaron los talleres, giraron entorno a cómo definir qué es el “vínculo/lazo/relación” y qué es “lo vivo”. Se puede considerar como punto de partida que el capitalismo ha destruido los vínculos o el vínculo ha sido puesto en venta o comercializado. Sin embargo, en el vínculo está la “humanidad”, pero la humanidad, como decía Souleymane B. Diagne, no es un adjetivo explicativo del ser humano, sino que es un abstracto, es una tarea de la cual responsabilizarse, que se construye contra la desigualdad y la violencia y a través de las relaciones establecidas con el resto de seres vivos, así debemos construir el “humanismo de la relación” y buscar las relaciones que “salvan”. 

Lejos de esa construcción de “humanismo de la relación”, se encuentra Europa, inmersa y atrapada en la lógica de la muerte, lo expresado en la necropolítica de Achille Mbembé, ya que esta no sólo se realiza a través de la propagación de guerras físicas, como la de Ucrania (presente durante las jornadas), sino también a través de la muerte del pensamiento critico, de los derechos humanos, de la formas productoras de vida. Esa Europa atravesada por el fascismo, el miedo, el envejecimiento, las fronteras que matan, esa Europa que dejó atrás las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, donde lo máximo que se puede hacer es resistir, pero no construir.

El propio Achille Mbembé propuso durante los talleres, que la democracia debe ser repensada, pues ha dejado de ser un concepto “occidental”, y por ello ha de redefinirse, ha de pensarse qué es una democracia anticolonial. Su propuesta es pensar la democracia como una “clínica de vínculos” entre los seres humanos y el resto de “lo vivo”, es decir, una “clínica de vínculos entre lo vivo”, donde el desafío reside en reflexionar cómo crear los vínculos que construyen lo cotidiano a diferentes niveles.

En ese pensar la democracia, también surgieron preguntas, a raíz de la intervención de Sami Tchak, sobre cual es el rol que juegan las utopías, ¿pueden las utopías del pasado ser proyectadas en el futuro?, ¿nos sirven para pensarlo?, ¿quienes han definido las utopías que consideramos como universales?, ¿pueden ser reapropiadas o deberían ser cambiadas?

Un animismo filosófico

Otro aspecto que predominó durante las jornadas, fue que ese pensar los vínculos, pasa por la necesidad de salir del antropocentrismo, por desplazar al ser humano del centro de aquello sobre lo que pensar y desde donde pensar, de ahí a recuperar el imaginario de “lo vivo”, es decir, todo aquello que nos rodea, los animales, los vegetales, los minerales, el cosmos, los espíritus. Una vuelta a la búsqueda de un equilibrio con la naturaleza y el cosmos, ámbitos que exceden al ser humano pero a los que pertenecemos, y desde ahí recuperar la complejidad del vínculo y la interdependencia con todo “lo vivo”.

Y es que “lo vivo” establece vínculos que “producen vida”. Frente a la necropolítica del capitalismo, está el reto de crear Vida, y recuperar el vínculo que trasciende al ser humano. Desde ahí, Séverine Kodjo-Grandvaux, introduce el concepto de animismo filosófico, que defiende la interdependencia entre todo “lo vivo”, que amplía la relación humana, y se abre a otros tipos de comunicación y conocimiento. El conocimiento racional y científico sería una de las posibilidades de conocer el mundo pero no la única, se reivindica así la co-existencia de diferentes formas de conocimiento, haciéndolas todas compatibles. De esta manera se permiten nuevos marcos desde los cuales, adquirir conocimiento, construir vínculos y relaciones con el resto de seres vivos, la naturaleza y el cosmos. 

Esta visión es similar a la de “El Buen Vivir”, marco que nos llega desde las comunidades indígenas latinoamericanas, donde se apuesta por una organización social que garantice el bienestar de las personas, la naturaleza y el cosmos, donde se establece un equilibrio que incluye todos los aspectos de la vida: la salud, la educación, la cultura, la espiritualidad, la economía. El principio del Buen vivir lo podemos reconocer en lo que Felwine Sarr define como economía de “lo vivo”, la Teranga, donde el concepto de economía se resignifica y queda ligado a la preservación de la vida, a su perennización, con el mismo enfoque holístico, y desde ahí reclama la imperante necesidad de cambiar los criterios e indicadores actuales que definen, “progreso”, “bienestar” o “prosperidad”. 

Asimismo, durante las jornadas, fue relevante la presencia del arte, no en tanto entretenimiento, sino como formato a partir del cual elaborar pensamiento y transferirlo. Así durante en las ponencias hubo performance o poesía, y durante las jornadas, música, cineforum, exposiciones; todas formas a través de las cuales se lanzaron reflexiones que continuaron las discusiones y debates. Diversificar la manera de pensar, reconocer otros formatos cómo válidos para crear pensamiento fue una constante durante los talleres.

Como conclusión podríamos decir, que en los talleres se manifestó que es necesario e imprescindible pensar con otros, salir de la mirada occidental o eurocéntrica, del antropocentrismo, para así empujar los límites del pensamiento, ampliarlos, enriquecerlos, salir de las certezas predefinidas y buscar más allá, cómo y desde donde crear las alternativas a un mundo sumido en la confusión y a la deriva.

Enlace a los vídeos completos de las jornadas (en francés/inglés)